D. Luis Ballesteros y su experiencia carcelaria… como profesor.

D. Luis Ballesteros y su experiencia carcelaria… como profesor.

Nuestro querido D. Luis Ballesteros, deja huella también en la cárcel... pero como profesor. Durante todo el curso 2015 - 16 ha dado clase de filosofía en la cárcel de Picassent.

Al principio de este curso D. Luis Ballesteros, que está jubilado parcialmente en el colegio, consiguió los permisos necesarios a través de la O.N.G. El Casal de la Pau, para dar clase de filosofía en bachillerato a un grupo de cuatro reclusos, tres matriculados en 1º y solo uno en 2º. Al cabo del curso, solo el de 2º consiguió llegar al final con el resultado sorprendente de Matrícula de Honor, lo cual le permitió presentarse al Selectivo, cuestión esta que superó ampliamente. Hay que señalar que el instituto de la Misericordia que le examinaba de las asignaturas estaba asombrado del rendimiento de Ernesto (vamos a llamarle así). La ilusión de Ernesto era lograr la calificación necesaria para matricularse en medicina. Aunque tiene posibilidades, falta ver si conseguirá el tercer grado en su pena de seis años, lo que le permitiría la asistencia normal a las clases de la Facultad. El pasado lunes 13 de junio celebramos en la misma cárcel un Acto de graduación a la que asistieron el director de la cárcel, el inspector de enseñanza, profesores del instituto de la misericordia y voluntarios del Casal de la Pau, entre los que se encontraba D. Luis. Ernesto quedó sorprendido al ver que a dicho Acto asistía también su madre que se presentó allí invitada también por El Casal. El Acto revistió una solemnidad especial. Los profesores de Ernesto, los voluntarios del Casal y en mismo director de la cárcel pronunciaron pequeños discursos de felicitación. Y cómo no, se terminó cantando el Gaudeamus igitur, como es preceptivo en estos casos. El éxito de Ernesto ha aparecido en toda la prensa nacional.

D. Luis comentaba, entre otras cosas, que los lunes por la tarde de 17 a 19 horas, encerrado  con Ernesto en una pequeña aula de la cárcel, disfrutaba al ver las ganas de aprender que mostraba. Confesaba que le había tomado cariño pues se trata de un chaval que, sin duda ha tenido una grave equivocación por la que está penando, pero que ya  quería por todos los medios recuperar su vida, y además a lo grande. La ilusión de Ernesto es ser médico y está dispuesto a poner toda la carne en el asador. Quiere olvidar su adolescencia y juventud alocada y entrar por la senda de la cordura. Lo cierto es que no lo tiene fácil. El camino que ha tenido que recorrer hasta ahora ha estado plagado de dificultades. Tanto es así, que la cárcel de Picassent, en toda su andadura es la primera vez que se ha encontrado con un recluso así, con esas ganas de dar una vuelta a su vida de ese calibre. Pero la última palabra la tiene el juez.

Enhorabuena a D. Luis por colaborar con tamaño éxito.